La vida no entiende de pérdida de tiempo, ni de lamentos. Es una novela que te atrapa desde el primer capítulo hasta el final, llena de palabras que a veces sanan, a veces duelen.
Con sus tramas elocuentes y tintes épicos, la vida te pone a prueba constantemente. Te regala tus mejores años, pero a menudo te niega el privilegio de vivir los últimos días con la paz que mereces.
Quizás no lo entendemos. Quizás somos egoístas. Queremos que aquellas personas que nos hicieron felices permanezcan a nuestro lado para siempre. Pero la vida hay que afrontarla tal y como viene, con todos sus matices, sin más opción que seguir caminando.
Mi hogar, donde habita mi mente, ardió hace más de una década. Todo quedó arrasado. Se calcinó cada rincón de este viejo edificio que es mi cabeza. Pero aun con las ruinas humeantes, mantuve en pie la estructura gracias a los compañeros de vida que nunca me soltaron: mi familia y mis amistades. Con ellos reconstruí mi existencia.
No me considero ni una buena persona ni la mejor. Solo intento vivir haciendo el bien, siendo feliz y ofreciendo comprensión y amor a quien lo necesite.
No pongo etiquetas. Sé diferenciar entre amor y amistad. Y sé que el vínculo que me une a ti, mamá, no puede etiquetarse. Ha sido un camino infinito, recorrido a tu lado durante casi cuarenta años. Y ahora, con el reloj marcando la cuenta atrás, quiero saborear contigo cada instante mágico. Como hoy, domingo 30 de marzo, el día de tu cumpleaños.
Mi amor por ti es tan profundo que jamás podré olvidarte ni agradecerte todo lo que has hecho por mí.
Creo en el destino, y sé que nunca te irás de mi lado. Creo en tus abrazos, tus besos, tus caricias… y creo en ti, mamá, como creo en la vida misma.
¡Feliz cumpleaños, mamá!
Me expreso para arder dentro de ti.
¿Y tú, te expresas?
¿A qué esperas para leer esta nueva cápsula emocional en exclusiva para los lectores y lectoras de Infoguadiato?
Sergio Delgado Cintas
Sergio , un gran abrazo para ti y a tu familia.