Escucha la confesión de mi secreto: esta es la última bala que usaré para derribar las emociones que llevo dentro. Toma mis manos, acércate, te susurraré al oído todas esas palabras que te encantan. Préstame atención.
He vivido al filo de lo prohibido, siempre al borde de caer por el precipicio. Hoy te lo entrego todo a ti y quiero que guardes y conserves mi secreto. He vivido muchas vidas, pero esta quiero vivirla contigo. Quiero hacer travesuras, hundirme en el fango por tu amor prohibido. Verte en secreto, robarte un beso sin que te des cuenta, es una aventura en sí misma. Las horas pasarán, pero el tiempo se detiene cuando miro tus hermosos ojos.
Lo que hemos vivido es, en parte, pura metafísica; una novela que relata la historia de dos almas que se encontraron en un momento en que ambos necesitaban cambiar de rumbo, darle un toque canalla a la vida. Desde el primer encuentro, la química fue innegable.
Cada segundo que pasa sin el roce de tus labios me desespera. Intento olvidarlo, pero es imposible. Cada momento que no puedo tocarte se convierte en una agonía. Paso mis dedos por tu mejilla en mi mente, y no puedo soportar la idea de no verte. Estoy decidido, voy a tomar el coche y volver a verte una vez más.
Mereces un monumento por la paciencia que me tienes, por cómo me calmas con tus palabras al regresar del trabajo. Dime, ¿Cuánto tiempo he perdido? Juro que me arrepiento de no haberte conocido antes. Gracias por llegar a mi vida en este momento tan preciso, por soportar las cosas que no puedo decir y por ayudarme a reconstruirme como hombre.
Cuenta conmigo. He aprendido a sufrir y a reír a tu lado. Ya estoy rehabilitado, y no quiero volver a caer. Si lo hubiera sabido antes, sin duda habría evitado momentos de vacío y soledad.
Solo queda el reflejo de lo vivido, y esperaría contigo, juntos en la eternidad, cuando la muerte me llame. Me fundiré contigo en las esferas. No tengo remedio sin ti, y no permitiré que nadie nos quite esta danza que estamos bailando juntos. Por ti, por mí, y por nuestro romance.
La leyenda dice que un marinero se enamoró una noche de una sirena. Desde el día en que conoció a su sirenita, cada amanecer ha sido el más feliz de su vida.
Ahora ya sabrás de quién hablo y quién es el destinatario de este mensaje. Ese es mi secreto, guárdalo y consérvalo. Hasta el final de mis días, te dejo este último pase, ¡tómalo!
Esta cápsula es tan inesperada que ni siquiera yo me di cuenta al escribirla.
¡Salud!
¿M’expreso y tú, te expresas?
¿Te apetece un M’expreso? Esto es algo inusual.
¿Qué esperas para saborearlo?
Sergio Delgado Cintas.
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