El pasado sábado, 4 de mayo, resonaron risas y amistad en las colinas mientras la Hermandad de San Bernardino llevaba a cabo su esperada comida de socios en las instalaciones de Rabogallo. Este evento, que sigue de cerca la tradición de la romería que marca el comienzo de mayo, es una cita muy esperada por los miembros de la hermandad, quienes se reúnen para disfrutar en un ambiente festivo.
El banquete ofrecido durante esta celebración merece elogios sinceros. Una amplia selección de entremeses da la bienvenida a los asistentes, tentándolos con delicias que van desde quesos y jamón selectos hasta embutidos artesanales. Las bebidas fluyen generosamente, brindando la oportunidad de brindar en honor a la hermandad y a los lazos que los unen.
Pero el punto culminante de la comida de socios son las majestuosas paellas que se preparan con cuidado y atención. El aroma del arroz cocido con precisión y los ingredientes frescos se mezcla con la emoción en el aire, creando un ambiente de anticipación y satisfacción. Las paellas, con su combinación perfecta de sabores y texturas, sirven como un recordatorio de la riqueza gastronómica local y de la habilidad de la hermandad para deleitar los paladares más exigentes.
Una selección de frutas frescas añadió un toque refrescante, mientras que el café caliente invitaba a prolongar las animadas conversaciones. Los pasteles, con su dulzura tentadora, se presentaron como el epílogo perfecto para esta inolvidable experiencia culinaria. Para cerrar con broche de oro, se sirvieron bebidas variadas y se animó el tradicional baile y música.
Así, mientras las sombras se alargan sobre el paisaje al final de un día lleno de alegría y camaradería, los miembros de la Hermandad de San Bernardino se retiran con la promesa de volver a reunirse el próximo año para continuar esta hermosa tradición.
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