“Malas compañías” fue el segundo álbum del cantautor jienense Joaquín Sabina, madrileño de adopción. Editado en 1980, este segundo álbum es parte de la dilatada carrera de casi cincuenta años en los escenarios de Sabina, un autor de letras comprometidas con causas sociales, pero también de letras que narran lo cotidiano, el amor y el desamor más desgarrador, con una finura poética al alcance de muy pocos. Este disco, arreglado por Hilario Camacho y José Antonio Romero, llegó después de «Inventario». En esa época, Joaquín Sabina cantaba en el bar “La Mandrágora” junto a Javier Krahe y Alberto Pérez. En esos momentos, el cantante callejero “Pulgarcito” interpretaba en el metro de Madrid y en algunas calles temas propios y de otros artistas, llegando a aparecer en programas emblemáticos de Televisión Española como “Popgrama”, dirigido por Carlos Tena, Ángel Casas y Diego Manrique, en un capítulo dedicado a los músicos callejeros. Uno de los temas cantados por “Pulgarcito” en dicho programa fue precisamente una canción de Joaquín Sabina, titulada “Qué Demasiao”, dedicada al delincuente común José Joaquín Sánchez Frutos, alias “El Jaro”. La interpretación de “Pulgarcito” llamó tanto la atención de Tomás Muñoz, director de “CBS España”, que ambos, tanto “Pulgarcito” como Sabina, terminaron firmando contratos discográficos. Joaquín Sabina también comenzó a componer temas para otros artistas, como, por ejemplo, “Pongamos que hablo de Madrid”, incluida en “Malas Compañías”, que sería grabada por Antonio Flores.
Esta introducción sobre un disco de Joaquín Sabina sirve para contextualizar el título de este artículo, “Malas Compañías”. Hoy jueves se anticipa el regreso a España de Carles Puigdemont, lo que supone un nuevo varapalo para nuestra democracia. Si este “ex Molt Honorable” regresa a Cataluña, es decir, a España, para imponer las directrices que ya estableció hace siete años cuando se fue prófugo a tierras belgas, en busca de un refugio dorado financiado y pagado por todos los españoles, se convertirá en un gran desafío. Es inaceptable que este señor, por decirlo amablemente, nos dicte lo que debe hacer nuestro presidente del Gobierno y, sobre todo, que decida con sus malas artes si Salvador Illa, probablemente mañana miércoles 8 de agosto, será investido presidente de la Generalitat Catalana gracias a ERC. Carles Puigdemont, regresará con sed de venganzas, amnistías – ya aprobadas – y líneas de financiación económica a la carta y en desigualdad con el resto de las Comunidades Autónomas. El circo mediático en torno al regreso de este “caradura”, que se ha reído de todos los españoles y que teme ser detenido nada más pisar suelo español, incita a que si es detenido, se paralice la investidura de Salvador Illa.
Por eso, esas malas compañías que está teniendo Pedro Sánchez le están perjudicando, donde primero tiene que solventar los problemas propios que tiene en casa, con su esposa y hermano. Para mí, dejé de creer en un presidente del gobierno que se sostiene gracias a los independentistas catalanes y los bilduetarras. Según informaciones, no acabará la vigente legislatura y nos dejará tirados a los españoles porque su afán es ostentar un cargo relevante en la Unión Europea.
Ha conseguido que militantes de toda la vida, como Felipe González, Joaquín Leguina, Nicolás Redondo y Alfonso Guerra, no crean en el socialismo actual, debido a las crispaciones y latrocinios a merced de los que quieren separar a España y de los que han pasado más de sesenta años con la lucha armada, matando a diestro y siniestro sin compasión. Parece increíble que se sienten a negociar con aquellos cuyas manos están llenas de sangre por las más de seiscientas víctimas aniquiladas por ETA, y que la mayoría, más de la mitad de los asesinatos, todavía no se han esclarecido.
Es indignante todo lo que está sucediendo ahora en la política actual, con el todo vale, sin reparos y a plena luz del día, todo ello por seguir atado a Moncloa, aunque sea a base de engañar a todos los españoles.
No creo en el socialismo actual, sino en los socialistas de toda la vida, aquellos que junto con la democracia aman a España por encima de todo, de ideales políticos y de creencias religiosas.
Por ello, este desengaño con el gobierno de España actual debe guiarse por los valores que creo que aún, en el fondo, debe tener. Si de verdad ama a España y está con todos los españoles, Pedro Sánchez debería adelantar las elecciones generales cuanto antes y que nuestra nación decida: si seguir con estos derroteros o avanzar y progresar para tener un país sin «bullas» ni ruido de fondo.
Reflexiona de nuevo, Pedro Sánchez… “La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.” ABRAHAM LINCOLN
Delgado Cintas
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