Esta cápsula emocional de M’Expreso es algo especial.
La noche de este pasado viernes, bajo la tenue luz del «Pesebre», celebramos anticipadamente la Candelaria. Tres amigos, compartiendo costillas, chorizos, y buen vino de palo cortado, acompañados de unos refrescos, dejamos que el tiempo se detuviera.
En la casa de Alfredo González, junto a Matías Prats y un servidor, vivimos momentos que no tienen precio. Momentos cargados de sentimientos y buenos recuerdos, bajo el manto de una noche mágica.
Dice Charles Dickens que «en las desgracias se ven los hombres honrados». Y así, en la honestidad y empatía de tres amigos, en un rincón acogedor, con la compañía del gato «Pipe» y la gran anfitriona, la «Reina Madre», desentrañamos las historias de una Peñarroya-Pueblonuevo de antaño. Entre bocados de carne y sorbos del mejor elixir, revivimos con nostalgia y alegría nuestro pasado.
La vida, tal vez, soporta mejor sus golpes más duros cuando uno cuenta con sus «psicólogos», los mejores amigos.
Creo firmemente en la amistad y en su lealtad.
Creo en la durabilidad de las mejores conversaciones a la luz del pesebre.
Creo que la «cruz» que todos llevamos se hace más ligera con la sinceridad y la compañía de los viejos amigos.
Y creo, por último, que pase lo que pase, el ser humano es capaz de mantener un fuego eterno, ese que nos calienta el alma en noches como esta, en las que compartimos algo único y peculiar.
Per Secula Seculorum.
M’Expreso, como testigo de estos tres amigos bajo la luz de la luna y del pesebre.
Y tú, ¿te expresas?
¿Qué esperas para leerla?
Sergio Delgado Cintas
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