He roto diez veces este artículo emocional de M’Expreso hasta encontrar el idóneo con que escribir todo lo que siento.
El rayo partió en dos mi alma, vendí mi modus vivendi a los dioses griegos para que lo glorifiquen y lo debatan en el ágora, en el cual se discute la vida y sus entresijos.
Exijo pecar todos los días hasta pecar de sentirme un pecador reincidente en el mismo pecado, porque el pecador, a través de su pícara sonrisa y picardía, miente con los ojos cerrados.
Tocamos tierra firme. Los consejos son juegos de palabras, divina conjugación para que el pecado haga acto de presencia. Últimas consecuencias en el tramo final del olvido del pecado.
Solemos disfrutar del momento como del pecado, pero nunca decimos ni el pecado ni el pecador.
No es falta de cariño ni falta de respeto, el tiempo dictará si la montaña se hará más grande o más pequeña, si el pecado es mayor o menor.
No juzgues al pecador, como tampoco juzgues al tiempo. Tan grandísimo juez es la vida para delatar al pecador.
Y si sabes cuál es el pecador con el paso del tiempo, no lo delates, porque ya habrás pecado.
Piénsalo fríamente si decides pecar y ser un nuevo pecador, de esta sabia pecadora que es la vida.
Y no puedo olvidarme de que el máximo pecador es el que ama la vida sin ataduras y no forzando ni disimulando una vida donde, desde que nacemos, ya estamos pecando hasta que morimos, por el pecado del orgullo y del egoísmo de nunca reconocer nuestros errores.
Sí, yo peco todos los días. Peco de no ser expresivo en mis días felices y de no reírme de mis alegrías, y prometo pecar de vivir todas las cosas buenas que me pasen para compartirlas y pecar contigo.
Y como he escrito antes, no se dice ni el pecado ni el pecador, aunque esas dos cosas ya las he escrito en la última estrofa.
Si quieres vivir la vida libremente, déjate llevar por la magia del amor.
Amar es pecar sin llevar el pecado, porque el que ama vive libre de pecado. Y las manos, como el griterío, son del pueblo.
Pecado, ven a mí y dime pecador, pero pecador en libertad y exento de vivir oprimido, amando la vida tal como me la enseñaron mis ancestros.
¡Peca en libertad!
M’EXPRESO COMO UN PECADOR QUE QUIERE PECAR EN LIBERTAD
Y TÚ, ¿TE EXPRESAS?
¿A QUÉ ESPERAS PARA LEER ESTA NUEVA CÁPSULA EMOCIONAL PARA LOS LECTORES Y LECTORAS DE INFOGUADIATO?
SERGIO DELGADO CINTAS
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