Bienvenidos al club de los vulnerables. Acogemos en este club a los más débiles de los hombres y mujeres del planeta Tierra. Acomódate y coge el mejor sitio, la actuación está a punto de empezar. Desde que empieza el día, actúo contra mis miedos y ese paso del tiempo, y de los años que están por llegar, que son mis peores enemigos. No sé si hago bien mis artículos y mis colaboraciones, pero son mis mayores antidepresivos, vendidos en farmacias legales. Me hacen tanto bien mis aportaciones en la prensa local que hacen que tenga mi tiempo ocupado. Tampoco sé a ciencia cierta si todo esto tiene su final; espero que no sea así. Me queda tanto por escribir que no me planteo nunca dejarlo. Es una forma de mantener mi mente despierta y activa, y a la vez me siento tan agradecido a los medios de comunicación locales, tanto de la prensa escrita como de la radiofónica, que salen a salvarme todos los días de este mar de dudas y de vulnerabilidad en el que, a menudo, me siento vacío de afectuosidad. En lo más profundo de mi mente se encuentran viejas heridas, que hacen que más pronto que tarde se sanen y cicatricen para siempre.
Recuerdo que de pequeño todo era fácil y sencillo de entender, y a medida que vas creciendo, te vas haciendo más pequeño, más frágil, altamente insostenible de llevar una vida normal. A lo mejor no estoy hecho para muchas cosas, entre ellas para amar. Sé lo que se siente en primera persona al ser abandonado y rechazado sentimentalmente; lo acepto y lo asimilo como consecuencia de no ser el primero ni el último al que le ha pasado. Aquella noche de verano del 2003 lo comprobé, en plena feria de Espiel. No sé si le llegará este artículo a la destinataria de este M’Expreso, pero solo quiero decirte que fui yo mismo en esos dos años en que nos conocimos y no engañé a nadie. La sinceridad que tuve por aquel entonces, y que a día de hoy mantengo, no vende. Vende la falsedad, vende el crear personas irreales. Pero tú seguirás en esa vida que supongo has creado: marido, hijos, trabajo, etcétera. Espero que te vaya la vida bien; no soy rencoroso ni te tengo odio, porque no se lo tengo a nadie, ni tampoco me debes una explicación. Porque esa noche de la feria de Espiel comprobé tu cobardía al no decirme lo que sentías. A lo mejor tienes ganas, después de que te hagan llegar este M’Expreso, de darme una respuesta lógica y coherente tras haber pasado ya más de veintiún años.
El final de la película Alguien voló sobre el nido del cuco lo dice todo: la salud mental sigue siendo ese gran estigma, y el rechazo hacia ella aún está por normalizar, para que nos acepten en la sociedad y en las relaciones sentimentales. Ella se viste de complejidad y la dama no acepta en la cama a tipos vulnerables, y menos a los que visitan el diván. Se fue de mis manos, no por culpa mía, sino por la ignorancia de ser aceptado y tratado tal y como soy. Todavía tenemos que aprender que las personas se tienen en cuenta y se dan a querer con esas cargas emocionales que se transmiten a través de las palabras vívidas, palabras llenas de sentido y de querencias, de ser querido y requerido, sin tener que huir y dejar desnuda mi vulnerabilidad.
Y me despido con estos versos para ti:
VULNERABLES
Vulnerables tus fríos besos
Ayer fui preso del deseo
Y hoy mendigo hasta tus huesos
Que fueron mi mayor preseo
No dudes que no te mentí
A lo mejor sentiste pena
Lo mejor que aprendí de ti
Es que fuiste mi mejor condena
Por eso te di mi tiempo
Un tesoro muy valioso
Para darme ese espacio a destiempo
Para no sentirme nada rencoroso
Al final elegiste subirte al caballo ganador
Y sin desprecio a la vanidad y a la soledad
No siempre me he sentido un perdedor
Al revés, me siento apto para la amorosidad
M’EXPRESO Y ME ESTRENO CON UN POEMA VULNERABLE
Y TÚ, ¿TE EXPRESAS?
¡A QUÉ ESPERAS PARA LEERLA!
SERGIO DELGADO CINTAS
En exclusiva para los lectores y lectoras de Infoguadiato
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