Son tiempos duros y momentos muy tristes. Hay días en los que nos llegan noticias que nos dejan rotos de dolor, y te quedas vacío por dentro, sintiendo una desazón enorme. A la vez, tu rostro se llena de lágrimas, sin entender cómo se ha ido esa persona que siempre tenía un carácter afable y un sentimiento de amor por los demás.
Andrés Muñoz Dueñas, nuestro querido «Marusa», era insustituible. Siempre formando equipo, siempre al lado del club que tanto quiso. Exjugador del CD Villanueva de Córdoba y del club de sus amores, el CD Pozoblanco, también fue directivo y un hombre profundamente arraigado a los colores que siempre dignificó.
Hoy es un día muy triste para la familia deportiva del CD Pozoblanco. La partida de una gran referencia deportiva, con un amor incalculable por su club, nos deja desolados. Andrés fue una persona de altos valores, siempre dispuesto a ayudar, con los brazos abiertos para todos los jugadores que pasaron por el equipo. Nuestro «Marusa», como cariñosamente lo llamamos, era sensacional, dicharachero, auténtico y con un corazón enorme.
Siempre atento, cariñoso y con un profundo sentido de la amistad… Andrés Muñoz Dueñas era muy nuestro. Desde estas líneas, en nombre de todos los que formamos parte de esta familia deportiva —exjugadores, exdirectivos y personal activo del club—, damos nuestro más sentido pésame a su mujer, su hijo, su hermano Santi, su señora y el resto de la familia.
Siempre tendremos a Andrés Muñoz Dueñas en nuestras oraciones y plegarias. Descansa en paz.
Daniel Solano Sujar
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