A falta de más de cuarenta y ocho horas para comenzar este nuevo año 2025, que el país asiático celebrará el 27 de enero, año de la serpiente, según los astros de la tradición oriental, nos espera un periodo cargado de emociones y sorpresas. En este contexto, quiero dedicar unas palabras a las personas sin hogar y a quienes viven en soledad, deseándoles que este 2025 sea un año mágico y maravilloso, pues merecen nuestra empatía y respeto.
Me encantaría tomar las doce uvas en los extrarradios de las ciudades y pueblos, llevando felicidad a todo aquel que necesite un poco de energía y positividad. Quiero compartir con ellos las «vitaminas» de endorfinas que me sobran, para mitigar aunque sea un poco sus dolores.
Tampoco quiero dejar de mencionar a nuestra clase política, que parece cada vez más alejada de la realidad y de las consecuencias de sus olvidos. Para este 2025, que ya estamos a punto de saborear, espero que sea el año de menos clasismos. Como diría el neuropsiquiatra brasileño Augusto Cury: «El año de la Revolución de los Anónimos». También deseo que este sea el año de la regeneración de nuestra clase política, un año en el que los representantes del pueblo se vuelvan más humanos.
El hartazgo de los españoles hacia la clase política no es nuevo; viene acumulándose desde décadas atrás. Nuestros políticos no han sabido conectar ni con la juventud ni con los mayores. Han priorizado su futuro en un «retiro dorado», ignorando el presente y las necesidades actuales. La ciudadanía enfrenta problemas económicos y sociales que afectan su calidad de vida, y nuestros representantes no parecen comprender la gravedad del diagnóstico.
Por eso, no solo necesitan una cura de humildad, sino que sería oportuno que pidieran disculpas a todos nosotros. Deben resetearse y empezar desde cero, abandonando engaños y subterfugios que solo contribuyen a confundir y dividir. Para afrontar esta nueva etapa de idas y venidas, no solo necesitamos emociones y sorpresas, sino también certezas. Estamos cada vez más empobrecidos mientras los ricos se enriquecen.
¡Basta ya! Dejen de tratarnos como a niños de parvulario o como borregos. Queremos verdad, no más mentiras. Es hora de que nuestros políticos desciendan al planeta Tierra y se ensucien en el mismo fango donde, día tras día, luchan los ciudadanos. Los problemas no se resuelven ignorándolos, sino enfrentándolos con soluciones reales.
Que este 2025 sea el año en el que el clasista se convierta en plebeyo. Tiempo al tiempo.
M’EXPRESO DEJANDO CLARAS MIS INTENCIONES PARA ESTE AÑO NUEVO 2025
Y TÚ, ¿TE EXPRESAS?
¡¿A QUÉ ESPERAS PARA LEER ESTA NUEVA CÁPSULA Y CONVERTIRTE EN UN PLEBEYO COMO YO?!
SERGIO DELGADO CINTAS
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