Según agudos columnistas de derechas, España se encamina al suicidio. Aliado con comunistas, terroristas y separatistas, Pedro Sánchez nos lleva al abismo. El PP nunca haría algo así. Su estrategia es mucho más patriótica: dejar morir a los ancianos sin asistencia médica durante una pandemia, desmontar progresivamente la sanidad y la enseñanza públicas, permitir que la especulación inmobiliaria convierta la vivienda en un bien inaccesible, recortar el presupuesto de las residencias de la tercera edad, dejar sin electricidad a 1.000 niños de la Cañada Real, asignar contratos millonarios a amigos y familiares aprovechando las necesidades generadas por el covid, censurar libros y obras de arte, alterar el resultado de las elecciones superando el techo fijado para propaganda electoral, embarcarnos en guerras ilegales, humillar a las víctimas del franquismo obstaculizando la exhumación de los restos de sus familiares represaliados, paralizar el ingreso mínimo vital y retirar el apoyo institucional a las mujeres víctimas de la violencia machista. Los patriotas de la pulserita han votado contra la subida del salario mínimo interprofesional, el incremento de las pensiones según el IPC, la ley de bienestar animal y la moderación de los alquileres. Su patriotismo es una pura pantomima que apenas logra ocultar su aporofobia, su machismo, su homofobia y su xenofobia. España se suicidará si la derecha vuelve a gobernar y exaspera los conflictos ya existentes, especialmente el relativo al modelo territorial. El fervor que han suscitado en la derecha las imágenes de la cadete Borbón Ortiz manifiestan su desconexión con la realidad. La Monarquía está caduca, el Estado de las Autonomías necesita una reforma que posibilite el federalismo y las grandes desigualdades sociales deben combatirse eficazmente para acabar con las situaciones de precariedad y vulnerabilidad. El único suicidio real que está aconteciendo ante nuestros ojos es el de los jóvenes y las personas de la tercera edad. En 2022, se batió un récord: 4.097 personas se quitaron la vida. Las inhumanas políticas que puso en marcha el neoliberalismo en los 80 aún siguen causando estragos. La derecha está más preocupada por los beneficios del IBEX 35 que por la vida de sus conciudadanos. España solo es una abstracción. Su unidad no es sagrada y lo mismo puede decirse del resto de las naciones. Lo único sagrado es la vida humana. Trabajemos para que nadie pueda contemplar un futuro con desesperanza. La solidaridad es el mejor bálsamo para las heridas de nuestra sociedad.
Rafael Narbona Fotografía: Rafael Robles
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