La vida nos brinda grandes sensaciones y la oportunidad de conocer a personas inolvidables que permanecerán en nuestro recuerdo y corazón para siempre. Cuando la amistad surge en la juventud y a través del hermoso deporte del fútbol, perdura para la eternidad. Una vez más, este año tuvimos la oportunidad de reunirnos en la comida anual para conmemorar una gesta deportiva muy importante: el título de liga ganado por el CD Pozoblanco en la temporada 1970-71, defendiendo con orgullo nuestro escudo.
El pasado 20 de abril, nos reunimos para un almuerzo especial, comenzando con una visita a una figura muy importante del fútbol local, D. Manuel García Cano, un hombre de noventa años con una lucidez admirable. Fue un momento lleno de amor y pasión por los colores del gallo encima del pozo, un recuerdo que permanecerá vivo en nosotros para siempre.
Durante la comida en el restaurante, revivimos el amor y el cariño que nos tenemos mutuamente. Amigos de todas partes del país se unieron para celebrar este encuentro con dignidad. Recordamos con cariño a aquellos que no pudieron estar presentes, pero que permanecen en nuestros corazones, como Chico Horacio, Evelio, Pepe y nuestro referente Andrés Marusa, así como D. Rafael García, presidente del club en aquel entonces, y el inolvidable utillero Pedro Castilla.
Quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón a D. Miguel Bajo, presidente del club, y a los directivos, por permitirme vestir estos colores con dignidad y defenderlos con todo mi esfuerzo y cariño. Ha sido un honor compartir vestuario con estos grandes futbolistas y mejores amigos.
Antes de concluir, quiero expresar mi gratitud al gran presidente por su labor durante su mandato, D. Miguel Bajo, y a todos los directivos. Gracias por permitirme vestir estos colores con orgullo y defenderlos con toda mi pasión y esfuerzo.
¡Viva siempre y para siempre el CD Pozoblanco!
Daniel Solano
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