¿A qué esperas para leer esta nueva cápsula emocional en exclusiva para los lectores y lectoras de InfoGuadiato?
Llegó la fría madrugada. Esta noche saldré a patrullar por las calles, mientras los nervios me consumen por este amor tóxico que me cala los huesos. Deambulo entre la tristeza y la ansiedad.
Mi vida corre demasiado peligro si logran que todo este esfuerzo y sacrificio hayan sido en vano. Soy la reina del baile, un baile que, si tengo que bailar sola, lo haré, aunque me cueste dejar varios cadáveres a mi alrededor. Aquellos que intentan evitar que brille no saben que aún pueden ver lo mejor de mí, con otro compañero de baile.
La luz brilla con una intensidad dispuesta a que yo sonría, a que mi verdadero yo salga a la luz. Que nadie me detenga, ni mis propios miedos ni mi vergüenza. Aunque me vean llorar por las esquinas y muestre mi vulnerabilidad ante el mundo, sé que ese mundo estará dispuesto a tenderme una mano y darme ese empujón que necesito para levantarme y sobreponerme a los golpes bajos. Tanto el cuerpo humano como la mente están dispuestos a dañarme, intentando deshacerme como azúcar en un azucarillo.
Hoy me vestiré de guerrera salvaje, atajando mis problemas y mandando a todos los que me hacen la vida imposible a freír espárragos. Soy tan buena gente que no vale la pena seguir así. Llegaré hasta el final, y mi futuro será esplendoroso cuando todo lo vea desde el prisma de ganadora. Me subiré a ese caballo vencedor, que es la felicidad, mi felicidad.
Soy consciente de que estoy en un mal momento, pero saldré de esta. Nunca sabré la razón de este mal momento, pero llevo años aguantando y siendo tan resistente que esta cuerda se romperá cuando yo diga basta.
No tengo que perdonar a nadie, solo a mí misma, por no haber sabido cuidarme primero. He dado tantos besos al alba que no sé decir que no. ¿Quieren que me vuelva loca? ¿Que acepte que mi boca siempre se equivoca? No dejaré de escuchar el ruido de la esperanza. Esto se tiene que terminar aquí. No quiero ser siempre la perdedora con un premio de consolación. Quiero ser una fiel amante y construir mi futuro a base de buenas acciones y de personas que me sumen, no que me resten.
No pido nada a cambio, solo lealtad, y que el fuego arda siempre en mi pecho, latiendo al mismo ritmo que mi vida gira en torno a alguien que sienta lo mismo que yo. Que su aliento me ayude en mis peores momentos y que el tren que vayamos a coger nos lleve al mismo destino.
Las relaciones tóxicas no me sientan bien. Aunque llevo muchos años tragando desengaños, mentiras y enredos, mis ojos hoy se abren para cerrar un capítulo. No quiero ir de víctima, porque la tragedia vende aún más que la demanda de la comedia.
Esta gélida noche, tras pasearme por sus lúgubres calles, me he sentido liberada y dispuesta a asomarme al abismo con los pies en la tierra. Estoy lista para que nada ni nadie me detenga. Como un pajarillo libre, busco aposento para tocar con mi pico y con mi alarido de vuelo la finalidad de ser libre. Eso es lo que busco yo: ser libre e independiente.
Este es el principio de mi camino. Suelto todo el lastre que no me dejaba ver que yo valgo más que todas esas relaciones tóxicas en las que siempre fui la parte más débil.
¡AHORA ME TOCA SER YO!
Me expreso para mostrarte mi apoyo ante las duras relaciones tóxicas, donde siempre hay algún perdedor o perdedora.
Y tú, ¿te expresas?
¿A qué esperas para leer esta nueva cápsula emocional en exclusiva para los lectores y lectoras de InfoGuadiato?
SERGIO DELGADO CINTAS
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