Carlos Serrano
Existe un dicho, cargado de filosofía popular, que nos alerta sobre la forma de ser, oculta, de determinadas personas: “si quieres conocer a fulanillo, dale un carguillo”.
¿Has oído alguna vez la expresión “dioses con pies de barro”? Pienso que todos la hemos oído, y es de una actualidad rabiosa. Tenemos la fea costumbre de hacer dioses o ídolos a quienes, ni lo son, ni lo merecen; es decir, creamos falsas expectativas en torno a algunas personas, revistiéndolas de un carisma que no tienen, idealizándolas, o permitiendo que ellas lleguen a creerse ser dioses. ¡Qué ilusos!, creerse los reyes del mambo!, cuando en realidad son monigotes, dictadores y tiranos, con mucha apariencia, pero sin base humana alguna. Les falla algo tan elemental como una profunda formación ética.
Existen dos concepciones diferentes del término “tirano”: en la Edad Media y en la sociedad actual. Antiguamente el poder se ejercía verticalmente, de arriba abajo, de forma absoluta, incluso llegando a concebir que el poder les había sido dado directamente por Dios (Reyes, nobles…), mientras al resto de los mortales sólo quedaba obedecer de forma ciega. Ha sido en nuestra época, consecuencia de movimientos sociales y revoluciones, que hemos llegado a aceptar, que todo poder que no respete los límites y garantías ciudadanas, pierde toda su legitimación.
Todos los dictadores tienen los pies de barro. Ya La Biblia (Libro de Daniel, 2, 26-45), nos muestra esta enseñanza, mediante el relato del extraño sueño tenido por el Rey de Babilonia, Nabucodonosor (Siglo VI a. C.), y la interpretación que del mismo hizo el profeta Daniel. Nabucodonosor tuvo un sueño en que aparecía una gigantesca estatua con cabeza de oro, torso de plata, caderas de bronce, piernas de hierro y pies de barro, y bastó que una simple piedra cayera rodando, y la hiciera desmoronarse, debido a la fragilidad de los mismos. La interpretación en clave histórica que hace el profeta Daniel, predice la llegada de un nuevo reino “que no será destruido jamás”, donde imperará la justicia, la solidaridad y el amor.
Analicemos a nuestros políticos más cercanos. Algunos se creen dioses, olvidando que sus pies son de barro.
Entre estas personas públicas yo distingo tres grupos: los que actúan correctamente; los que creen ser lo que no son, y los que son lo que no quisieran ser.
-LOS QUE ACTÚAN CORRECTAMENTE, los que entienden el “poder” como “servicio” a la comunidad y actúan con total transparencia. Esas personas son las que hacen avanzar la sociedad y mantienen la fe en las instituciones.
Descendamos a la arena. Todos conocemos el caso de determinados alcaldes que, mientras algunos cobran hasta el límite que les permite la ley, otros no cobran de su cargo y viven de su pensión o ingresos propios. ¿Cuál es la situación de nuestro alcalde?, no lo sabemos, la transparencia sigue brillando por su ausencia.
-LOS QUE CREEN SER LO QUE NO SON. Son los más peligrosos. Auténticos dictadores y tiranos, que se creen los dueños del cortijo, que pueden disponer a su antojo de haciendas y de personas. Esto lo podemos ver en aquellos alcaldes que tratan de forma despótica a los ciudadanos, incluso con desprecio hacia otros concejales de diferente signo político, disfrazando de interés general, su interés personal.
-LOS QUE SON LO QUE NO QUISIERAN SER, de ahí su interés por dar una imagen de sí mismos, que no se corresponde con la realidad. ¿Qué podemos esperar de una persona que no se encuentre a gusto consigo mismo, que esconde en los armarios su verdadera personalidad? Más les valdría someterse a terapias de crecimiento personal, sería bueno para todos.
¿En qué grupo podemos encuadrar a nuestros alcaldes?, los ciudadanos de cada pueblo lo deben hacer. Respecto a nuestro alcalde, la verdad es que es difícil. Por un lado, no ha cumplido las promesas realizadas en su discurso de investidura; trato despreciativo hacia otros concejales de distinto signo ideológico; la página de transparencia aún no está visible en su totalidad, donde, entre otros asuntos, aparezca su declaración de bienes, su sueldo, los gastos ocasionados; la auditoría general prometida, incumplida. En economía crea un puesto de asesor personal, con la aprobación de IU, que nos cuesta a los ciudadanos cerca de 30.000 euros al año, con el que se podría dar ayuda económica a muchas familias tan necesitadas de nuestro pueblo. Y ¿qué decir de los puestos de trabajodados por nuestro ayuntamiento?, porque algunos de ellos se han repartido a militantes de partido,que con todo derecho lo podían pedir, pero que tienen unos ingresos familiares ya asegurados, mientras hay otras personas que están en necesidad extrema y parece que nadie se acuerda de ellos. ¿Es esta la justicia distributiva empleada en nuestro ayuntamiento?
Por favor, ni construyamos ídolos, ni permitamos que nadie se lo crea. Odiamos a tiranos y dictadores. No queremos fantasmas sin sábana.
La lógica de la realidad que todos palpamos es que «»entre fantasmas no nos vamos a pisar las sábanas»» .De ahí se deduce muchas de las cosas que en éste artículo se narra, tan corto, como inmensamente cierto y claro así nos va.
A la vista lo que hicieron conmigo siendo miembro de protección civil con todo lo que he hecho por esa agrupación despreciandome descriminandome estando ingresado durante tres meses en el hospital reina Sofía con un neurisma a punto de dejar este mundo y no siquiera una triste llamada ni interesarse por mí así me lo pagan como se puede creer en esas personas in cluso por los propios compañeros de pc ni me miran a la cara que pena de agrupación en fin hai lo dejo
Jose Antonio creo que no te conozco pero te deseo todo lo mejor ,Comentarte que en cieta ocasion ciudadanos de nuestro pueblo ,este nuestro pueblo intentamos traer empresas de cierta envergadura y todos nos decían lo mismo y es lo siguiente ….aquí hay una gente muy rara y con el tiempo nos hemos dado cuenta que llevaban razon y es que los empresrios con mayúsculas antes de instalarse en un lugar se fijan y mucho en sus gentes.Un saludo siempre para arriba
Enhorabuena Carlos por ese magnífico articulo que has hecho ,opino igual que tú,lástima que no esté en portada para que toda la gente pueda leerlo, pues muchas personas no ve donde te lo han puesto
Como bien dice Vd. Carlos, si quieres conocer a fulanillo, dale un carguillo, a mí me gustaría añadir “la primera vez que me engañes la culpa será tuya, pero la segunda, la culpa será mía”.
De nuevo una profunda reflexión en su artículo Carlos, y lo malo es que es totalmente cierta. Coincido en todo con Vd. incluso en el título de su estupendo artículo. Rectificar es de sabios dice también la sabiduría popular y espero que nuestros políticos rectifiquen, aunque tengo entendido que algunos ya lo han hecho. Si han dimitido por estar en desacuerdo con imposiciones sin diálogo, este hecho les honra. Mis felicitaciones, Carlos.