Siempre en esta dura vida de trabajo, estudio y relaciones personales, es muy importante la comunicación. Este objetivo es el lazo que siempre nos unirá y nos acercará a todo el mundo, y así, de esta forma, intentar dar lo mejor de ti para el otro. Eso se llama dignidad y tolerancia, firmes valores muy importantes en la vida cotidiana.
Hoy me mueve a escribir sobre una gran belmezana, una mujer íntegra, que es ese punto de conexión en esa parcela donde las amistades dan lo mejor en esas relaciones sociales. Verónica Hernández es esa clase de mujer: cercana y siempre con un trato cariñoso, semblante agradable y muy atenta. Siempre te dedica una sonrisa. Durante sus años de trabajo en la farmacia como auxiliar, demostró ese trato cariñoso y profesionalidad que dejó patente durante todo ese tiempo en que estuvo empleada. Es un orgullo para Belmez tener personas de esta calidad, con estos ejemplos de comportamiento en la vida actual.
Verónica trabaja ahora en nuestro Ayuntamiento, atendiendo labores muy necesarias y con un alto nivel de cordura y profesionalidad. Desde estas líneas quiero decir que allá arriba, en el cielo, su querido padre Ramón Hernández, compañero mío en el Recreativo Belmezano CF, y su mujer, madre de Verónica, junto con su hermana, estarán orgullosos de ella. Y como belmezano me uno a felicitar a esta gran mujer, que lleva su gentilicio de belmezana con todo orgullo y que realiza en silencio un arduo trabajo por Belmez desde su dependencia en nuestro Excmo. Ayuntamiento. Mis felicitaciones, Verónica, como belmezano, desde mi corazón.
Daniel Solano Sujar
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