Todos alguna vez nos hemos enfrentado a una entrevista de trabajo por un puesto en cualquier empresa, o tal vez hemos luchado por ascender de categoría en nuestro lugar laboral con otros compañeros. Pues bien, como muestra, aquí está la historia siguiente sobre una elección entre dos únicos aspirantes para ser el director de una planta de reciclaje del norte de España.
Eco Recycling es una planta de residuos orgánicos que recicla los restos de comida tanto de uso humano como de animales, transformándolos en energía de un modo ecológico, ya que no utilizan nada químico ni tóxico en el proceso de reciclaje. Esta planta, situada en Baliarrain (Guipúzcoa), tenía como director a Antxo Poyatos Arsuaga, quien se jubilaba a finales de año. En su puesto había dos aspirantes finales, de los veinte que se habían presentado para dicho puesto.
El primer aspirante era Joseba Mendizábal Zabaleta, hijo de Andoni Mendizábal Arrásate, presidente de la diputación de Guipúzcoa y también alcalde de Anoeta (Guipúzcoa). Joseba era conocido en la planta de reciclaje como «el enchufado», ya que su padre lo colocó en la planta sin pasar ningún filtro ni entrevista; lo colocaron como administrativo sin apenas tener más que un módulo de grado medio en administración y finanzas. Además, le gustaban mucho las juergas los fines de semana, llegaba siempre tarde al trabajo y siempre tenía una excusa para el director. Sin embargo, su padre siempre lo respaldaba. Ahora, su obsesión era colocar a su hijo como director de la planta de reciclaje, saltándose todas las normas y requisitos necesarios para ocupar el puesto. Además, Joseba tenía pocos amigos en la planta; sus compañeros lo odiaban por su comportamiento y falta de educación al dirigirse a ellos. Era un niño de papá, y soportaban sus excentricidades solo por quién era. Nada que ver con el otro aspirante al puesto.
El segundo aspirante era Iker Martínez Lasarte, hijo de un andaluz de Camas que emigró a Bilbao para trabajar en los altos hornos de fundición. Allí, en Bilbao, se enamoró de su mujer y, al poco de casarse, se mudaron a San Sebastián, donde su padre trabajó como cartero y su madre como sirvienta en la casa de un prestigioso médico cirujano del Hospital San Juan de Dios de San Sebastián. Iker era un hijo modelo, licenciado en Empresariales y cursando el último año de Doctorado, donde iba a presentar una tesis sobre el mundo del parqué y las finanzas. Mientras estaba en la universidad, trabajó en sus ratos libres en una agencia de seguros, y cuando se licenció, tras una larga selección, consiguió el puesto de secretario del director de la planta de reciclaje. Era muy bien visto en la empresa por ser una excelente persona y un trabajador incansable, echando incontables horas de trabajo y siendo siempre el último en irse al finalizar la jornada laboral.
Estos eran los dos candidatos: Joseba e Iker, dos aspirantes con trayectorias totalmente opuestas. Se acercaba la fecha de la designación del nuevo director. Antxo, el director saliente, quería que fuera Iker, ya que tenía los mejores registros profesionales y estaba bien formado tanto académica como profesionalmente. Por otro lado, Joseba era el hijo del presidente de la diputación y tenía afinidad con el presidente de la planta de reciclaje. Sin embargo, una voz autorizada como la de Antxo convenció, con argumentos más que suficientes, al presidente de la planta para decantarse por el mejor candidato para ocupar la plaza vacante de director. Ese candidato no era otro que Iker Martínez Lasarte, quien además fue nombrado mano derecha del presidente y futuro sucesor de él cuando se jubilara en tres años.
Quizás haya pocas historias como esta, en las que algunas posiciones se obtienen por «dedazo», pero en la mayoría de los casos se accede por mérito. Son pocos los casos en los que se accede por enchufismo. Confío en la legalidad del ser humano y en el sacrificio personal a la hora de aspirar a un puesto de trabajo digno. Sea cual sea el trabajo, todos son dignos, desde un barrendero hasta, como en este caso que he narrado, el director de una planta de reciclaje.
“La mejor elección es la que se hace con los hechos realizados, no con el brazo ejecutor”.
Me expreso con las mejores de las elecciones. ¿Cuál es la tuya? ¿Y tú te expresas?
¡A qué esperas para leer y elegir esta cápsula para saborearla!
Sergio Delgado Cintas
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