¿Por qué no escucha mi canción,
la madre que yo quiero?
¿Por qué la busco
y no la encuentro?
¿Dónde la llamo,
que no me responde?
¿Acaso no oye los gritos callados y desgarrados
persiguiendo un sueño dorado en la noche?
¿Acaso me olvidaste, madre?
¿Por qué el silencio oscuro y callado
es la respuesta a mis plegarias?
¿Por qué el Cielo se cierra
con un silencio por respuesta?
¿Por qué Dios enmudece
ante las súplicas desesperadas de un huérfano?
Gritos silenciosos en la noche,
despertares amargos sin guitarra,
rezos y plegarias.
Preguntas sin respuesta.
Desesperanza esperanzada.
Esperanza ilusionada
en un abrazo de amor infinito.
Silencios… Silencios… Silencios…
Carlos Serrano
Que belleza Carlos, tu alma es muy bella Carlos, te quiero