Llevo varios días merodeando la calle oscura del infierno, cuyas brasas están dispuestas a devorarme antes de llamar a la puerta de la ilusión.
A dónde me quiera llevar mis botas sucias, al estilo rock and roll cruzo el atlántico para reencontrarme contigo.
La vida es un placer, y a veces hay que pagar un alto precio para saborearla, a pesar de los aranceles que nos podemos encontrar en el país donde la libertad se fusiona con lo narcótico.
Pero, hoy me encuentro con Lucifer dispuesto a pecar otra vez, me ocurre a veces, que peco; de palabra; de obra; y de omisión. Espero que justifique todos estos pecados para que me salve Jesucristo, fiel líder del perdón y de buen hacer, por eso tomo como dogmas todas sus acciones samaritanas, que no milagrosas, porque él solamente, puede obrar el milagro, y conmigo lo ha conseguido.
Jesucristo, me transformó en un ser rebelde y egoísta, en un ser empático y solidario, y me enseñó que ese es el camino para quererse uno mismo, amarse, respetarse y ofrecer todo ese amor hacía los demás.
En mi vida, Jesucristo no multiplicó los panes y los peces, pero sí multiplicó el cariño y la afección que debo dar a los demás, por eso me enseñó que ese es el camino hacia la felicidad, y el camino que debo recorrer todos los días.
Soltado, de las agarras de Lucifer, ahora estoy en un mundo que está en construcción, y que debo ayudar con mi humilde aportación, que sea mejor para las nuevas generaciones que vienen detrás.
Lo que ocurre dentro de mí, no sé puede explicar, es algo mágico y enigmático.
Sólo tú, lo puedes comprobar.
¡Te atreves a probarlo!
M’EXPRESO PARA VER LO QUE OCURRE DENTRO DE MÍ
Y TÚ, ¿TE EXPRESAS?
¡A QUÉ ESPERAS PARA LEERLA!
SERGIO DELGADO CINTAS
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