¿Y ahora qué?
Ahora que lo improbable ha ocurrido.
Ahora que nuestras plegarias han sido escuchadas y Dios o la Naturaleza se ha apiadado de nosotros. Ahora que, sorprendentemente, ha llovido y hay agua en los pantanos. Ahora, ¿qué?
Ahora que el problema está a punto de cumplir su primer año. Ahora que también el agua de las cisternas tiene un color especial. Ahora que hay más negocios en los que no salen las cuentas.
Ahora que nuestros agricultores y ganaderos están al límite de sus posibilidades.
Ahora que hay más pieles secas.
Ahora que hay menos esperanza de conseguir una solución a largo plazo. Ahora que la gente está harta y muy cansada.
Ahora que nada parece haber cambiado.
¿Y ahora qué?
Pues ahora la plataforma UNIDOS POR EL AGUA tiene que trabajar más que nunca. Ahora tenemos que sacar todas las fuerzas para seguir luchando. Para seguir reivindicando nuestros derechos, especialmente nuestro derecho a un agua potable de calidad, sin mezclas ni contaminación alguna.
Esta lucha no acabará cuando haya agua potable en nuestros grifos. Ni acabará cuando tengamos todas las infraestructuras necesarias para nuestra tierra porque como ciudadanos tenemos que seguir vigilando y exigiendo que se cumplan nuestros derechos.
Hay miles de batallas que librar, la madre tierra nos ha enseñado una cosa: sin agua no hay vida y si queremos que nuestros hijos y nuestros nietos tengan un futuro, tenemos que librar todas y cada una de estas batallas, porque está en riesgo nuestra forma de vida. Aprendamos algo de lo que nos ha pasado.
Respetar el medio ambiente y la sostenibilidad de nuestros ecosistemas.
A estas alturas, y después de casi un año sin agua potable, seguimos teniendo un embalse contaminado con elementos que son difíciles de eliminar para obtener agua potable. El más difícil es el Carbono Orgánico Total, que contiene una materia orgánica que reacciona con el cloro en los depósitos municipales, formando un producto llamado trihalometanos, resultando potencialmente cancerígeno. Por ello necesitamos los sistemas más modernos y eficaces para eliminar el problema.
Sabemos que su solución, es difícil a corto o medio plazo pero debemos exigirla ya que nuestro futuro, el futuro de la comarca y su economía depende de ello. No podemos mirar a otro lado, no podemos dejar de exigir actuaciones para prevenir la falta de agua potable para la población, así como para el sector primario, que es la base de nuestra economía.
Por todo ello…AHORA….
- Tenemos que reivindicar más que nunca una potabilizadora de última generación, donde la Junta y el Gobierno Central inviertan lo que sea
-Exigir la creación de la mesa técnica del agua, porque conseguir agua potable en los grifos es solo el inicio. Si queremos asegurar el futuro de nuestra tierra, debemos promover mejores infraestructuras, políticas de sostenibilidad, educación y velar por el establecimiento de todo lo que sea necesario para que las siguientes generaciones puedan seguir disfrutando de los recursos naturales de esta hermosa tierra.
- Pedimos la interconexión entre todos los embalses de la zona y también con el Zújar/Serena, con el propósito de utilizar sus aguas si se secaran por sequía extrema nuestros pantanos.
- Exigir a los alcaldes que salgan de su mutismo e inacción, que se pongan a trabajar ya. Nuestra fuerza está en la unión del pueblo junto a su alcalde y concejales. El pueblo, los ciudadanos y ciudadanas, tenemos mucho que decir, estamos en el deber y en el derecho de demostrar nuestro inconformismo ante esta situación tan excepcional que vivimos desde hace casi un año.
El diálogo es la herramienta para la solución de los problemas, de los conflictos y discrepancias, y para llegar a él solo se necesita la voluntad personal de sentarse en la misma mesa, escuchar y empatizar; la necesidad de anteponer el bien común al particular, el futuro al presente, la necesidad de avanzar frente a la quietud, impasibilidad y debilitamiento.
Desde aquí hacemos este llamamiento a cada Ayuntamiento:
Siéntense, dialoguen, hagan partícipes a los que padecen las diferentes realidades dadas por la escasez del agua o las que se puedan derivar en años futuros. Pongan en práctica actuaciones responsables, apostando por el sentido común, sin olvidar que quien les ha dado el cargo es la población y no su partido.
El derecho al agua potable de calidad se conquistó hace décadas, pero su mantenimiento requiere una vigilancia continua, como la de todos los derechos alcanzados. Mantener un agua de calidad en nuestros pueblos, sin mezclas ni contaminación, resulta una condición indispensable para mantenerlos vivos.
Así que si os preguntáis ¿Ahora qué?
Ahora, a seguir luchando por lo que nos corresponde.
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