CD
Siguen llegando malas noticias de esta DANA que ha azotado a varias comunidades de la península ibérica, haciendo más estragos en la Comunidad Valenciana con más de doscientos fallecidos y otras numerosas cifras de desaparecidos bajo el agua embarrizada y el lodazal. Los planes de emergencias ante estas catástrofes ni se ha planeado ni se han orquestado.
Quizás busquemos culpables donde realmente no los hay, porque estas catástrofes naturales no entienden de mobiliario doméstico, urbano, ni de pertenencias personales, como tampoco de lo más importante, de la propia vida. Vemos cómo han sido abucheados e incluso agredidos tanto los Reyes de España, como el presidente del Gobierno, e incluso ha sido alcanzado por un golpe que en cuya cabeza de un escolta de la Reina Letizia se le podía ver una visible y profunda brecha.
Entiendo el sentir de los valencianos, de los albaceteños y de toda la nación española, asimilo con reticencias su ofuscamiento, además de su hartazgo con este gobierno y de Pedro Sánchez, cada vez más despreciado y creándose más enemigos por parte de sus compatriotas. Sin embargo, esto se trata de una catástrofe natural, algo insólito e ínfimo que ha pasado dos o tres veces en los siglos pasados.
¿Es en realidad culpa de Pedro Sánchez y sus ministros? Pienso que no, y con esto no lo quiero defender, ni mucho menos; a los hechos y datos me remito. Hagámonos la idea de que estas catástrofes naturales volverán a pesar, según los expertos.
¿De quién en realidad es la culpa? Que se lo pregunten a los países asiáticos, americanos, sudamericanos, africanos, oceánicos y europeos, es decir, a los cinco continentes. Pasó hace un par de años en Bélgica, en Holanda, recientemente en Alemania, con incluso mayor vehemencia y víctimas mortales. ¿Acaso se les echó la culpa a sus gobiernos de estos países europeos? Sin irme tan lejos, por ejemplo, en Estados Unidos, donde los distritos de las conferencias de la costa este y oeste viven continuamente en alerta por tifones, terremotos, tsunamis, filomenas y lluvias torrenciales, ¿acaso salen los americanos culpando a sus gobernantes?
Si nos vamos a los países asiáticos y de Centroamérica y Sudamérica, están instalados en catástrofes naturales permanentemente. Con estos datos no estoy eximiendo de culpabilidad al gobierno, pero parece ser que las Comunidades se van de rositas, que no tienen responsabilidades, o que están para poner el cazo y reclamar préstamos y subvenciones y querer centralizar las responsabilidades cuando les conviene.
Que se dejen de jugar al gato y al ratón, y que no engañe la oposición a los españoles ni les enfrenten con temas sensibles y delicados. ¿O es que acaso no les suena el atentado del 11-M, culpando la autoría a la banda terrorista ETA para ganar las elecciones del año 2004? Que se dejen de inventar cosas y que, de una vez por todas, vayan todos los políticos en una misma dirección y que remen a favor de obras, que tomen nota de los españoles que con su solidaridad les muestran su afecto y prestan su ayuda a unos paisanos que están viviendo momentos trágicos y desoladores.
No jueguen con las cifras de personas fallecidas para beneficiarse ante el dolor y la desgracia, y sobre todo, para ganar unas próximas elecciones generales. El agua es uno de los cuatro elementos, tan necesario como incluso mortal a veces, como ha sucedido con esta DANA. Pero que no les engañen jugando con sus sentimientos, entiendan que esto es algo de la madre naturaleza, tan básico, pero que a veces sesga las vidas humanas.
Precisamente se está mercadeando ya con los votos para unas posibles o próximas elecciones generales. Pero que no les llamen a la usurpación, que no les traten de embaucar a base de mentiras y patrañas, que les digan siempre la verdad, aunque les duela, que esta tragedia producida por la DANA en la Comunidad Valenciana y otras Comunidades del territorio nacional no es culpa del Gobierno de España. Simplemente, el agua, como el viento, el fuego y la tierra, a veces no se puede controlar, y esa es la pura verdad de todo esto que ha sucedido en estos días en nuestro país y en especial, siempre en el recuerdo de las más de doscientas víctimas mortales por la DANA que van en estos momentos en la Comunidad Valenciana.
“El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.”
ALEXANDER POPE
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