Conatos de guerras incívicas y de causas perdidas asolan el habitáculo donde florecen todas las flores que habitan en mi jardín. Como un loco soñador, me da por alcanzarte y trepar por el sendero de lo desigual, aquellas desigualdades asimétricas donde la música la ponen las diversas direcciones, en las que el gusto y el placer son deseos de corto alcance. Necesito una palabra o una ayudita para que vuele mi imaginación y desestrese esta vida tan acelerada y tan poco pulcra. Allá hay más sombras que luces, focos para hacer el camino conmigo. No me hagas esperar, y el tesoro me lo da todo, rodeado de besos y abrazos, aunque cueste darlos. Itinerario imaginario alejado del ruido, con un aire limpio y un silencio sepulcral para llegar hasta el edén.
No me gustan las pesquisas ni las vanas coartadas, debilidad con la premura, donde en esta bonita vida todo el mundo mira. De los que miran se encuentran los infelices, y en las infinitas resiliencias no llegan a traspasar nuestra piel. Hay que vender bien caras nuestras pieles y no venderlas, como se suele decir, antes de cazar al oso. Mis labios se posaron en tus labios, y de ahí hasta la eternidad, divino presagio y prefacio, marmita moribunda más allá del sol, se refugian las verdades, sin más revelaciones que las imágenes suscitan.
Jardín inmenso, donde crecen las flores más hermosas, donde riego, preso de amor y de pasión, y donde te regalo mis mejores días para deleitarnos y fusionarnos en un confidente baile de palabras y de gestos que nos harán ser las flores más hermosas de nuestro jardín, donde ya somos presos de este amor fiel y duradero, practicando el momento y las emociones, nunca mejor dicho, a flor de piel. Un gesto tuyo puede mover todos los cimientos de mi mundo. ¡Te atreves a arrancarme de tu jardín… y de tu vida!
M’EXPRESO Y NO ME QUIERO METER EN UN JARDÍN QUE NO SEA EL MÍO
¿Y TÚ, TE EXPRESAS?
¡A QUÉ ESPERAS PARA LEER ESTA NUEVA CÁPSULA EMOCIONAL!
SERGIO DELGADO CINTAS
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