Son momentos muy duros, momentos que nos dejan sin fuerzas y nos hacen darnos cuenta de lo importante que es la amistad cuando se ofrece de verdad. Hoy nos ha dejado un pozoalbense ejemplar, un hombre que siempre tenía una sonrisa para sus amigos y su familia, trabajador e íntegro, con una calidad humana inolvidable.
Francisco Torrico Casado, conocido cariñosamente como «Torrico», fue un hombre que dignificó su gentilicio en cada paso de su vida. Durante muchos años trabajó en la empresa Moyano, desempeñando una gran labor en toda nuestra provincia, siempre con profesionalismo y dedicación.
En el ámbito deportivo, Torrico dejó una huella imborrable en el CD Pozoblanco, donde militó en la década de los setenta. Siempre fiel a los colores del club, defendió con pasión y entrega su camiseta, ganándose el respeto y el cariño de todos los que compartieron con él aquellos años de fútbol y amistad. Su compromiso con el equipo y sus valores personales hicieron de él una figura muy querida en su entorno.
Hoy, ante su partida, sentimos una profunda tristeza. Nos deja una persona noble, leal y siempre dispuesta a regalar una sonrisa. Desde estas líneas, quiero expresar mi más sincero pésame a su esposa, a sus hijos y a toda su familia. A este sentimiento se suman todos sus compañeros y amigos, quienes tuvimos el privilegio de compartir con él tantos momentos inolvidables.
Su funeral se celebrará mañana, a las cinco de la tarde, en la Iglesia de Santa Catalina en Pozoblanco.
Que Dios lo acoja en su seno. Descansa en paz, amigo.
Daniel Solano Sujar
0 comentarios