¡Qué bonita es la vida, y más aún cuando, después de muchos años emigrados, sigues manteniendo en tu interior esos deseos de seguir amando esa referencia, desde donde siempre encontré esa sensación de paz y amistad que sigue muy viva, a pesar de la emigración que ya data de cerca de cincuenta años! Uno cierra los ojos y aún resuena en mi tímpano aquellas maquinillas, La Belmez, La Peñarroya Pueblonuevo, y esas otras que todos los días hacían ese recorrido llevando carbón a la térmica, y en esos vagones de viajeros que nos permitían viajar e ir de compras y de estudios al pueblo vecino, y estar muy comunicados, aparte de prestar ese servicio laboral que muchas personas utilizaban en su trayecto al centro laboral de la Sociedad Minera Metalúrgica de Peñarroya. Tiempos de trabajo en esa década de los sesenta, un recuerdo que siempre estará en nuestras mentes, tiempos en los que también comenzaron esas emigraciones debido a los cierres de ese cerco laboral, parte fundamental del trabajo de nuestra zona en ese tiempo nunca olvidado. Muchas emigraciones. Hoy quiero rendir homenaje a un amigo de toda la vida que esa emigración nos separó físicamente, pero nunca olvidamos nuestro amor por lo nuestro, este espacio que nunca dejamos de tener en nuestras mentes y que nos sigue uniendo mucho.
Francisco Luis Rodríguez lleva en su corazón ese orgullo belmezano y lo lleva con dignidad; su gentilicio lo ha defendido siempre en esa Cataluña donde vive, y ya jubilado, sigue con ese amor a su tierra, su Belmez querido. A lo largo del año, lo ves con su querida familia en esa casa suya, un lugar especial dentro del casco urbano, y su sonrisa la dedica constantemente a sus amigos y paisanos. Cuando desde la distancia proteges tu gentilicio y haces patria de tu tierra, eso dice mucho de la calidad humana de este viejo roquero que es tan querido en su pueblo y que nunca perdió sus raíces; eso se lo inculcó su querida Madre, DEP, recientemente pero siempre en nuestro corazón. Gracias, amigo, sabes que te quiero mucho, y sé lo importante que es tu pueblo y tus gentes para ti. Y nosotros, tus amigos y paisanos, nos alegramos mucho de que sigas fiel a tu gentilicio de Belmezano; tú, Francisco Luis, lo dignificas a diario.
Un abrazo enorme para ti y orgulloso de ser tu amigo de toda la vida.
Daniel Solano Sujar
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